lunes, 12 de abril de 2010

Pequeñas cosas

Todos los fines de semana, a las seis y cuarto de la mañana, suena su despertador... Pero no porque se tenga que levantar precisamente a esas tempranas horas, sino simplemente para despertarse, mirar el reloj y murmurar: "si hoy no me levanto más pronto que las diez...", mientras se revuelve sobre sí mismo entre las mantas y vuelve al placentero sueño.

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