Recuerdo la luz dura de la farola estrellándose contra la cal de la pared. Hacía la temperatura perfecta para correr sin que apenas se notara el sudor de la frente. Pero aquella noche ya habíamos corrido demasiado y los juegos se agotaron sin apenas darnos cuenta. Entonces nuestra abuela nos miró y sonrió como solo ella sabía hacer.
Subió sus manos y comenzó a moverlas sobre la pared blanquísima y las sombras se transformaron en lobo, paloma, conejo,...Nos quedamos absortos, en un profundo silencio mientras ella describía las figuras. La más pura simplicidad en medio de la noche.
Creo que fue en esa noche cuando empecé a soñar...
¡Extra! Nuevo álbum ilustrado del Grúfalo.
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¡Grandes noticias! En septiembre de 2026 verá la luz un nuevo álbum de la
autora Julia Donalson y el ilustrador Axel Scheffler.
Se trata de una nueva en...
Hace 1 mes
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