jueves, 26 de agosto de 2010

Historias...

Una tarde caliente y agosta, paseando por una de esas plazas pequeñas de piedra de un periférico pueblo de Castilla que me permitireis que no recuerde su nombre, una encogida y experimentada anciana comenzó a hilarme una de esas historias que se cuentan desde hace tiempo y tiempo.

Decía que en el lugar donde descansa un moribundo aparece un cartero, un repartidor, una esbelta mujer preguntando por una dirección que nunca se consigue concretar,... Siempre alguien tan en sombra y difuso que nadie recuerda cuando se ha marchado. Poco después el moribundo expira. 

"La muerte, supongo", dije con cierto aire de sorna. "Para los afortunados sí, por supuesto", me respondió silabeando las palabras. "¿Y a los que no tienen suerte?", pregunté con curiosidad. "¿Quizá el diablo...?", me soltó sonriendo ladinamente mientras se marchaba, dejándome con la palabra en la boca.



Ilustración: http://ilustrarsobrerieles.blogspot.com/

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