sábado, 27 de marzo de 2010

Taxi

Una figura de mujer cierra la puerta de su casa con desánimo. Guarda las llaves en su bolso y camina hacia su portal. Fuera está lloviendo, demasiado quizás para la época del año. Abre su paraguas y, saliendo perezosamente, se coloca junto a un pálido Cástaño de Indias que nunca que le cayó bien. A lo lejos divisa un taxi. Alza su mano para frenarlo, pero este pasa de largo sin apenas mirarla. Pasan diez minutos. Un nuevo taxi se acerca a lo lejos. Esta vez frena justo frente a ella. Entra despacio y malhumorada, con los ojos fijos en la nuca del conductor.

- Al Infierno- le espeta.
- Eso van a ser tres euros de recargo- musita el conductor.
- No importa. Me pagarán la carrera cuando llegue.


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