Cuando la niña sostenía su paraguas sobre el cuerpo del funambulista una figura apareció de entre la lluvia. Era de tez cetrina y de una piel acartonada que se plegaba sobre sí misma. Las cuencas de sus ojos aparecían vacías y oscuras. Sonreía. Llevaba un mono blanco con una señal de caracteres inciertos cerca del corazón. Sonreía. Comenzó a llover cada vez más fuerte. Todos estaban inmóviles sobre sus pies o pupitres. Sonreía. En su mano izquierda sostenía un paraguas de cristal. Pero ya no estaban en el aula. Cada uno estaba en su caja de metal con el número de serie correspondiente. La figura volvió a desaparecer. Sonreía.
Nueva exposición de Shaun Tan.
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Desde el pasado 28 de septiembre, la Galería Beinart en Australia cuenta
con una exposición muy especial. Y es que se cumplen 10 años de la
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Hace 5 semanas
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