martes, 29 de junio de 2010

Bambas

Recuerdo que ayer atrapé mi infancia entre cajas de zapatos

Era en un martes difuso y cuadriculado
y mis pupilas se extendian sobre las calles como las alas de una mariposa

Llovia...

Las gotas crepitaban sobre el cristal cuchicheantes y melancólicas
Entonces escuché un ruido
y giré mi sombra hacia él
Vislumbré un destello al fondo de aquel pasillo.
Mis huellas avanzaron sigilosas, casi huecas
hasta alcanzar la luz que se adivinaba invisible
Los dedos de mis pies se enredaron en los cordones
y en un despiste
me la tragué de un solo bocado.

lunes, 28 de junio de 2010

Sopa (3)

Ella sorbía la sopa caliente con ruido. Él daba un sorbo a su vaso de vino. Estaban los dos frente a frente en la pequeña cocina del piso que tenían alquilado desde hacia ya casi un año.

- ¿Nos casamos?- murmuró uno de ellos fijando la mirada en el otro.
- Sí, será lo mejor.

Y volvieron a sus respectivas sopas...

De fondo se escuchaba Moliendo café




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viernes, 25 de junio de 2010

Espejos



A veces la realidad se deforma hasta hacerse irreconocible...

Entonces, no queda más remedio que desplegar tus alas y sucumbir al cielo.

miércoles, 23 de junio de 2010

Gotas de lluvia

Cuando la niña sostenía su paraguas sobre el cuerpo del funambulista una figura apareció de entre la lluvia. Era de tez cetrina y de una piel acartonada que se plegaba sobre sí misma. Las cuencas de sus ojos aparecían vacías y oscuras. Sonreía. Llevaba un mono blanco con una señal de caracteres inciertos cerca del corazón. Sonreía. Comenzó a llover cada vez más fuerte. Todos estaban inmóviles sobre sus pies o pupitres. Sonreía. En su mano izquierda sostenía un paraguas de cristal. Pero ya no estaban en el aula. Cada uno estaba en su caja de metal con el número de serie correspondiente. La figura volvió a desaparecer. Sonreía.



lunes, 21 de junio de 2010

La primera chispa (2)

M tricotaba una bufanda de lana gruesa junto a la ventana del salón. De vez en cuando paraba y levantaba su vista hacia J, que leía con admirable atención el periódico del día anterior, pues decía que prefería ir con cierto retraso respecto al resto del mundo. En una de las veces que M levantó su vista y fijó su mirada en el paso de una de las hojas del diario, recordó, no sabía muy por qué en ese preciso instante, el primer beso que se dieron.

Fue al final de una larga noche de fiesta. Estaban en el mismo grupo de amigos y desde que los presentaron no dejaron de jugar a mirarse fijamente y rozarse a la menor oportunidad. Por fin, cuando la madrugada se agotaba ya sin remedio, lograron quedarse solos al final del grupo. Ella hizo un poco el tonto e intentó contar un chiste. Él mientras reía tímido y nerviososo. Entonces ella le paró. Te conozco, le dijo. Y él la miró sorprendido sin saber qué decir. Me ayudaste para que no me descubrieran, le siguió informando.
Y no hubo más que acercarse a un rincón y juntar los labios.


viernes, 18 de junio de 2010

Adios Saramago

Se fue Saramago. Ha dado la extraña casualidad de que hoy terminara una de sus novelas: "Memorial del convento". No voy a mentir y decir que fue un libro que me leí de un tirón en una semana, que me fascinó de principioa fin,... Pero siempre tenía algo que hacía que te quedaras un poco más agarrado a sus páginas. En esta ocasión es la extraordinaria historia de amor de dos seres indefensos ante el resto del mundo que se unen porque es el único medio de sobrevivir. Ella, una mujer con el poder de observar el interior de los hombres, pero que nunca vería el de él porque se lo prometió a sí misma. Él, un lisiado en la guerra que quedó manco del brazo izquierdo. Son Baltasar y Blimunda, llamada sietelunas después al ser declarados esposos por ser la continuación de sietesoles, como él se apedillaba.
Su narrativa era única. Uno de los pocos que mezcló y usó como nadie los límites de la ficción para tratar los temas más universales. Con una naturalidad prodigiosa nos puede contar que el mundo se queda ciego de repente o que la muerte ha decidido que no va a caer más sobre los hombres, haciendo insufrible la eternidad.
Le recordare por regalarme hoy uno de esos finales que te cortan el aliento y que te dejan pensando el resto del día.

Hasta siempre...

"Se acostaron. Blimunda era virgen. Cuántos años tienes, preguntó Baltasar, y Blimunda respondió, Diecinueve años, pero entonces su edad era otra. Corrió algo de sangre por la estera. Con las puntas de los dedos índices y corazón humedecidos en ella, Blimunda se persignó e hizo una cruz en el pecho de Baltasar, sobre el corazón. Estaban los dos desnudos. En una calle cercana oyeron voces de desafío, batir de espadas, carreras. Luego el silencio. No corrió más sangre.
Cuando, por la mañana, despertó Baltasar, vio a Blimunda tendida a su lado, comiendo pan, con los ojos cerrados. Sólo los abrió cenicientos a aquella hora, tras acabar de comer, y dijo, Nunca te miraré por dentro."

"Memorial del Convento"; Editorial, Alfaguara.


jueves, 17 de junio de 2010

Infierno

Siempre he pensado que si existiera el infierno, este consistiría en cerrarte el grifo del agua caliente en mitad de la mejor y más reparadora ducha de tu vida....

lunes, 14 de junio de 2010

El primer encuentro (1)

He decidido comenzar a desarrollar una serie de historias (o más bien fracciones de vida)alrededor de la vida de una pareja, desde el primer encuentro hasta donde me alcance la tinta.
Este el primer chispazo que me surgió...


"M y J se conocieron cuando tenían diez años.
M tocaba la pared y se salvaba de ligársela en el siguiente juego del escondite.
J escrutaba la arena con el dedo corazón en busca de piedras raras para su colección.
M se escondió justo detrás de J, bajo el viejo puente. Cuando intentaron buscar por allí, J les mintió y les apartó del camino. M se lo agradeció con una sonrisa y una extraña piedra roja que encontró pegada a su pie izquierdo.

Aún la conserva."


sábado, 12 de junio de 2010

Para la chica de la nariz roja

Si pudiéramos sobrevolar el puente más alto, distinguiríamos una difusa figura al borde de uno de sus muros, asomándose al viento, intentando absorber la distancia hasta el suelo para sentirse parte de las nubes.
No como yo. Que apenas mi perfil se acercara al abismo, mi cuerpo se precipitaría vertiginosamente hacia una caída irreal y angustiosa.

Aunque siempre nos quedará el globo para sujetarnos.

xD


martes, 8 de junio de 2010

Siempre las mismas historias...

La máquina resopló al aterrizar sobre la superficie rocosa. La mujer, con un impecable uniforme de astronauta negro, echó una rápida mirada al exterior de su nave. Todo parecía normal. Con un gesto cansado cogió sus herramientas -apenas un medidor de temperatura y unas tenazas- y salió de la nave. Treinta minutos después, cuando ya estaba concentrada en su trabajo, sucedió algo inesperado. Una leve mariposa, azul con puntitos nacarados, se posó en el borde de sus nudillos y con una voz sigularmente ronca la despidió de un modo fulminante.

sábado, 5 de junio de 2010

Esperándote

Anoche soñé que huían las sirenas.
Desangraban luces por las avenidas de la ciudad
al ritmo de los latidos de los semáforos.

Anoche soñé que se acercaba la distancia.
Y no comprendí por qué mis huesos no dejaban de aferrarse a la tierra
a pesar de todos los intentos de despegar mi piel.

Anoche soñé que una mano me rozaba.
Y creí ser tú.
Un cuerpo que no era el mío
hecho de mi carne y de mis huecos
intentando imaginarme al desnudo.

Anoche soñé que soñaba con el último milagro.
El de ser soñado por tu sueño
para al fin...
dejar de soñar.

jueves, 3 de junio de 2010

Volar

Loco. Un loco de esos que inmortalizan las canciones y recuerdan la ansiada generación de los sesenta como símbolo de libertad. Loco. Y no de los malencarados y antisociales que estigmatizan las malas películas y los que hablan solo de oídas. Loco. Uno de los más bellos locos que jamás haya pisado la Tierra. Yo le conocí. Tenía diez años y me acababa de comprar una cometa azul. La hice volar una extraña tarde de Octubre. Le vi vestido tan solo con un sombrero de copa, unos calcetines amarillos y un objeto esférico que hasta que no se acercó hasta mi y me dijo ¿vuela? no cai en la cuenta de que era una enorme pecera.

martes, 1 de junio de 2010

Definición

amor.
(Del lat. amor, -ōris).

1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición

Pero si todos, en algún momento, partimos de nuestra propia insuficiencia... ¿O no?