miércoles, 16 de febrero de 2011

Coleóptero

La máquina resopló al aterrizar sobre la superficie rocosa. La mujer, con un impecable uniforme de astronauta negro, echó una rápida ojeada al exterior de su nave. Todo parecía normal. Con un gesto cansado cogió sus herramientas -apenas un medidor de temperatura y unas tenazas- y salió al exterior. Treinta minutos después, cuando ya estaba concentrada en su trabajo, sucedió algo que cambiaría su vida. Una leve mariposa, azul con puntitos nacarados, se posó en el borde de sus nudillos y con una voz singularmente ronca la despidió de inmediato.


2 comentarios:

  1. Hola Juan Carlos
    Realmente es sorprendenete lo que escribes, me ha encantado.............
    Saludos de Mónica

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  2. Muchas gracias Mónica. Jo, me alegro un montón que te guste lo que escribo. Me anima ha seguir haciéndolo...

    Un besito

    P.D.: Ah, y sigue comentando y si para cualquier cosa puedes mandarme un mail a nubedejazz@yahoo.es

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