lunes, 1 de noviembre de 2010

Nocturno

Entre las brumas óxidas de la gran ciudad
a la salida de los esforzados trabajadores que no lograron atrapar sus sueños
un malvivido saxo eleva sus acordes al cielo fosforescente.
Los neones los acogen como si fueran refugiados de algún extraño país en conflicto.

Todo parece desvanecerse al final del día.
                             y
solo la distancia permanece...

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