Es un día frío y húmedo de Octubre. Carla, con la mirada caída, el embozo de su abrigo cubriéndole la cara, se apoya contra el cristal de una marquesina, esperando a que llegue el autobús número 91. Entonces, casi como si fuera una aparición, se sienta a su lado Paolo. Con un gorro de lana gris y una bufanda deshilachada verde que le cubre el rostro, pero que deja entrever unos ojos enrojecidos por el llanto.
Carla siente su presencia con una incomodidad extraña. Sabe que necesita consuelo, hablar siquiera con alguien frente a un café.
- ¿Ha pasado ya el 91?
Es su voz. La de él. Débil y temblona.
- No. Aún no. Yo también lo espero.- dice ella, con una sonrisa forzada, mecánica, casi triste.
De nuevo el silencio. El viento que silba. E inevitablemente, él rompe a llorar.
Pero ya dos luces se aproximan a ellos. Carla se levanta. Hace un amago hacia él. El 91 frena, abre sus puertas y ,nada más meterse Carla en el interior, las cierra sin esperar que aquel chico se decida a dar un paso adelante.
Los Cuentos de la Periferia de Shaun Tan dan el salto a la pequeña pantalla.
-
Nos llegan grandes noticias desde Australia. Los Cuentos de la Periferia de
Shaun Tan (Barbara Fiore Editora) se convertirán en una serie animada de 10
...
Hace 1 semana
A diario nos cruzamos con mil personas y otras tantas historias, ojos que lloran y bocas que ríen, bufandas que tapan y rostros que exhiben su estado, distrayendo de lo que quieren ocultar.
ResponderEliminarEn cualquier lugar, en cualquier momento, en una perdida marquesina puede surgir una historia que escapa de la monotonía de lo cotidiano.
Un saludo