miércoles, 19 de mayo de 2010

Búsqueda

Yo imagino la búsqueda del amor como un viejo pescador que aguarda paciente a que se hunda el señuelo. Mascando chicle o una pipa de madera, bajo el cielo, tan solo con la brisa del mar como ruido de fondo. Sacando una bota, alguna goma, un pescado demasiado pequeño que tiene devolver al agua o demasiado grande que le deja amargas marcas en sus dedos y una respiración ronca debido al esfuerzo, por otra parte inutil puesto que su caña era demasiado débil para aguantar tanto peso. Pero respira hondo, cierra los ojos para sentir mejor la brisa y vuelve a probar con otro cebo que le dé más suerte. Y así, paciente, silbando su melodía preferida, aguardando a la pesca que solucione su cena.

Porque el mar está repleto de peces... (Espero)


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