martes, 2 de noviembre de 2010

Colores

  Un gris sucio y roído por el sueño ronda el sotobosque en busca de un poco de luz que convierta en realidad su ironía. El amarillo intenso surge de entre el metal. Un siamés que apenas reconoce la vida, vacila torpemente por los hierbajos. Su hermana desconfía de nuestras manos y se esconde en el improvisado refugio que preparó su madre. Aunque esta, cansada de soportar su carga, los ha dejado a su incierta suerte. Aún se estremece el añil cuando Dana y Nani juegan en una frágil caja de cartón. Un suave rojizo golpea mi cara cuando Nani, la gata huidiza y desconfiada, no se separa de nosotros. Pero una mano de azufre resurge de las entrañas de la tierra y separa  a las dos siamesas.
  Ahora todo se vuelve magenta, marrón, gris..., oscuridad. Al día siguiente se llevan a Dana. Nunca más volverán a estar juntas.
  Las nubes tardarán en teñirse de cielo.

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