Ayer, a los 91 años, murió J. D. Salinger. Fue un autor devorado por su propia creación. Si hubiera sabido lo que supondría su visión sobre la rebeldía adolescente, quizá nunca lo hubiera escrito. O puede que lo hubiera guardado en un cajón hasta que hubiera sido capaz de soportar su peso.
Apenas publicó en su vida, a pesar de que era evidente que las letras circulaban por su sangre. Comenzó a colaborar con New Yorker y fue en esa misma revista donde mostró los primeros fragmentos de El Guardian... La novela salió publicada en 1951 y rapidamente Salinger se recluyó en un lugar apartado, haciendo de él un refugio
inexpugnable. Tan solo concedió una entrevista en toda su vida (fue por telefóno y mínima) y las fotos suyas son escasas y furtivas.
Quizás sea que no pudo controlar el don que le fue otorgado.
Pero bendito don...
Nueva exposición de Shaun Tan.
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Desde el pasado 28 de septiembre, la Galería Beinart en Australia cuenta
con una exposición muy especial. Y es que se cumplen 10 años de la
publicació...
Hace 5 semanas
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