viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz Año

¡¡Feliz salida y entrada de año!!
Y qué mejor para terminar el año que una magnífica tira de ese maestro llamado Charles M. Schulz.
 Traducción (mía):
 1) Siempre estás detrás de la gente para que haga propósitos de año nuevo
2) ¿Por qué tenemos que hacer nuestros propósitos justo el primero de enero?
3) ¿Por qué el primero de enero?
4) ¡Es más chulo!

jueves, 30 de diciembre de 2010

Calendario

16 de marzo

Camino por estrechas callejuelas, buscando un asidero que me rescate del olvido. Pero mis pies sufren de ampollas y mi voluntad está demasiado maltrecha.

20 de marzo

Anoche encontré un pequeño trozo de papel garabateado por una frase que me trastocan el resto del día: "Yo sé que existo porque tú me necesitas".

25 de marzo

He descubierto de quien era el extraño mensaje que leí hace unos días, es de Ángel gonzález. Me decido por buscar más información sobre él.

2 de abril

He leído ya varios libros suyos. Me ha costado mucho, pero el esfuerzo ha merecido la pena. En la búsqueda he tropezado con otros poetas: Olga Orozco, Paul Eluard, García Lorca, Pablo Neruda... Son tantos y con tanto que dar y decir que ya hace mucho tiempo que he olvidado porque comencé todo esto.

15 de junio

Acabo de terminar mi último verso. Lo escribí sobre el mugriento azulejo del baño del último pub que recuerdo. Decia: "Y qué si solo somos nosotros dos...".

19 de agosto

Aún sin saber por qué he escrito todo esto.


¿Y tu?
 

miércoles, 22 de diciembre de 2010

M recogió la carta con las manos temblonas y un áspero nudo en la garganta. Hacía ya más de un año que J se había ido muy lejos de allí. "A luchar por la libertad" le decían. Pero J solo quería pasar lo más desapercibido posible y dejar que el tiempo rodara lo suficiente para volver a su vida de antes, con M, sobre todo con M. A pesar de las ganas que ella tenía de devorar las palabras de J, esperó paciente hasta el atardecer para sentarse en el banco de la plaza donde solían hacerse arrumacos. Cuando la tarde decrecía, M alcanzó el estrecho banco de madera y se sentó con suavidad. Tomó la carta, la abrió con su pequeña navaja y comenzo a leer:

" Querida M,

Te escribo apoyado sobre mi petate, con el sol cayendo de pleno sobre el campo. Te echo mucho de menos. Aquí todo es polvo, cansancio y miedo. No sé si te llegará esta carta. Las cosas se estan poniendo cada vez más complicadas.  He tenido suerte y todavía no he tenido que disparar contra nadie..."


lunes, 13 de diciembre de 2010

Rojo era el mechón que le colgaba sobre la frente. Cuando la conoció en uno de esos barullos que se forman a la salida de un gran evento deportivo. La sujetó del brazo cuando iba a caer fatalmente sobre un bolardo descapuchado. El rescate le valio un café. Hablaron del partido: el Geta había ganado al Barça y se mostraban y se mostraban eufóricos. Le dijo que se llamaba Alberto y que tenía cinco años menos de los que en realidad marcaba su DNI. Intercambiaron sus móviles. Quedaron tres días después para ir al cine. Pero su mechón ya no era rojo sino de un azul pálido y a él nunca le gustaron los engaños...